Por encontrarnos ahora ante un tema fundamental para la comprensión de la situación social, ideológica y política actuales, el s. XVIII, con todos los hechos, muchos de ellos simultáneos, que lo conforman, es esencial para la culturización de nuestro alumnado de 4º de la ESO, especialmente si pensamos que muchos de estos estudiantes nunca volverán a cursar la asignatura de Historia.
Para analizar cómo se reparte dicho temario, su contenido seleccionado y la calidad del mismo, tomaremos como ejemplo el libro de Anaya 2007, en el cual se dedican desde la página 100 a la 112 a desentrañar los rasgos más destacados del periodo.
En principio, tras ofrecer una somera definición sobre lo que significa el término "razón" en el Siglo de las Luces, poniéndolo en relación con la crítica a la tradición y su inicial asentamiento en Francia; habla de la sociedad y la economía, centrándose en las transformaciones agrarias e industriales vividas, que tanto influyeron al cambio de la mentalidad y la organización ciudadana, sin el cual el futuro de las revueltas sociales y el resquebrajamiento estamental habría ido por caminos totalmente diferentes.
Tras esto, se centra en el gobierno, donde acomete el asunto del Despotismo Ilustrado. Guiado por el lema de "Todo para el pueblo pero sin el pueblo", sufre el descuido de no definir con claridad todos los tipos gubernamentales que se dieron cita, con variedad funcional (véase si no el caso del Parlamento inglés), y diferente según el país del que se tratase. A parte de esto, es cierto que se le debe la aportación de varios nombres de los principales gobernantes del siglo, hablando además de sus promociones ciudadanas, económicas y urbanas, lo que les sirvió en ocasiones conflictos con el clero.
Lo siguiente a lo que se dedica es al tema de España en concreto, a propósito de uno de los sucesos más determinantes para la historia del país, la Guerra de Sucesión (1700-1713), entre los Austria y los Borbones; tema en el cual se basta con la siguiente frase para resumir todo el conflicto: "La muerte de Carlos II sin descendencia supuso el final de la Casa de Austria en España. En su testamento el rey nombró sucesor a Felipe de Anjou, Felipe V. Comenzaba así la Casa de Borbón en España". tras esto, pasa a desglosar algunos detalles como ciertas batallas, paces, alianzas y pérdidas territoriales, sin detenerse demasiado en esto.
Lo que resulta interesante eso si, es ver cómo se ofrece un comentario en el cual se incluyen los nuevos modelos de organización económica que se dieron gracias a la supresión de fueros por los Decretos de Nueva Planta, en pos de combatir las reticencias a los Borbones que se daban en Aragón y Cataluña. Esto supuso el primer momento de la historia del país en que Castilla y Aragón igualaban sus leyes, si bien el País Vasco y Navarra aun conservaron cierta autoridad. Mientras tanto, ofrece algunos nombres de ministros destacados, así como la promoción que se hizo al progreso con las Sociedades Económicas de Amigos del País; aun cuando cae en la carencia de una explicación sobre qué son exactamente estas Sociedades a un alumnado que lo más posible nunca haya ni oído hablar del tema, así como por qué estos intentos de progreso conducirían al Motín social del Esquilache, lo que en principio, ante la falta de datos, puede resultarles contradictorio.
Una vez se ha expuesto la situación del reinado borbónico, se concreta más al hablar de Madrid, donde se dan detalles sobre la población, la economía y su prosperidad en relación a la Compañía de los Cinco Gremios Mayores, y la reforma urbana gracias a la cual contamos hoy con algunos de los edificios y calles principales de la ciudad, como son la Puerta de Alcalá, el Jardín Botánico, o los Reales Sitios y Fábricas.
Una vez se ha terminado de hablar de España en concreto, empieza a exponer las Relaciones Internacionales, si bien esto se da de un modo superficial, refiriendo únicamente a Inglaterra y Francia como las grandes potencias, y a la recuperación española, esto último además en contradicción con los datos antes expuestos sobre la crisis española por la pérdida de territorios durante la Guerra, sin preocuparse de aclarar que las mejoras se dan con Carlos III una vez recupera Menorca, apoya a los EEUU en su independencia, y conforma los Pactos de Familia con Francia para socavar el poder de los ingleses.
Finalmente, dedica unas cuantas páginas a hacer un conciso análisis del arte del Neoclasicismo, en el cual apenas se dan unas pautas de estilo, una referencia a los descubrimientos de Pompeya y Herculano, y los nombres de algunos artistas clave; si bien es cierto que dedica toda una página a la vida y obra de Goya, utilizándolo como ejemplo y pretexto para la muestra de cambios políticos y sociales que se sucedieron en el paso del s. XVIII al XIX, tan evidente en su obra.
Visto el tema, podemos comenzar hablando de sus ventajas, entre las cuales se cuentan una acertada síntesis del periodo, aun cuando para un historiador las carencias sean evidentes en su contenido. Esto deriva de que, si nos fijamos en el amplio temario que debe cubrirse en el curso académico que nos ocupa, se percibe como inverosímil tratar de ahondar más en detalles sin tener de dejar otras cuestiones y temas sin estudiar. Siendo realistas, conviene más dar una visión general que sitúe al alumno en la base de los sucesos históricos generales, que tratar de entrar a fondo en todos ellos creando la confusión de ideas en su mente y dejando lagunas en ciertas etapas. Por lo demás, expone líneas del tiempo en los márgenes de cada epígrafe, así como algunas definiciones de calidad y el bien elegido informe sobre Francisco de Goya.
Esto en todo caso no quiere decir que no sufra de carencias, algunas de ellas ya expuestas en el discurso de contenido que se acaba de ofrecer. Y es que precisamente decimos carencias y no errores porque la mayoría de los fallos deben a la falta de completar datos. En esto, por ejemplo, sería conveniente ampliar los términos a definir, contando con que en este momento surgen algunas palabras muy complejas que conviene asegurar los estudiantes comprendan. También sería positivo crear una línea del tiempo completa y no segmentada en la que se muestren todos los acontecimientos en su contexto, relacionados entre sí; dar una explicación más exhaustiva de las variantes gubernamentales y de la diversidad de planteamientos que puede tener el Despotismo Ilustrado según de qué monarca y país se hable. Por último, se puede proponer la ampliación de contenido cultural y artístico del tema, esto esencial por la importante influencia que tendrían la mentalidad, la cultura y el arte en el desarrollo de un sistema político y de pensamiento como es el del Siglo de la Razón.
Mientras, si nos fijamos en la problemática que hemos extraído, vemos cómo, aun cuando el libro sea como es, no tiene por qué resultar difícil al profesor ponerle solución si explica y refuerza el tema correctamente, de modo que para solucionarlo podría hacer llegar a los alumnos él mismo las adecuadas líneas del tiempo y glosarios terminológicos, o incluso hacer que ellos mismos, siempre bajo su supervisión, los creasen, lo que potenciaría la asimilación de dichos conceptos por su trabajo continuad. A la vez, sería prudente que le hiciese llegar mapas sobre las circunstancias y cambios del momento, sin duda ésta la gran falta del libro que hemos tomado como ejemplo, a sabiendas de que la cartografía en el estudio de la Historia tiene un peso incalculable. Para finalizar, un ejercicio interesante sería completar la información cultural y artística creando un listado de personajes destacados con los que trabaja, entre los que podríamos incluir tanto artistas y pensadores como ministros y monarcas. Con esto se aprovecharía para incluir en la línea del tiempo a Fernando V, pasado por alto en el libro a pesar de su importancia; así como para ofertar algunas teorías de pensamiento esenciales o avances de tipo tecológico, como la máquina de vapor.
A propósito de la máquina de vapor, podemos también decir que, aun nombrándola ahora, puede que lo mejor fuese hacerlo sólo como la introducción al siguiente tema, dedicado por completo a la Revolución Industrial, la cual en este libro es la gran ignorada, muy erróneamente; lo mismo que ocurre con la Independencia de los EEUU, que apenas es mencionada en el tema posterior al que venimos tratando y que en realidad merece una mención mucho mayor, que podría darse precisamente dentro de este tema.
Si tenemos en cuenta todo esto, y sacamos provecho tanto de las ventajas expuestas como de las carencias y las propuestas, el resultado del tema podría ser muy aprovechable en el aula para nuestros alumnos.
CARPENTER, A., (2008), El Siglo de las Luces. Madrid: Akal.
IGLESIAS, C., (1999), Razón y sentimiento en el s. XVIII. Madrid: RAH.
MARTÍNEZ RUÍZ, E., PAZIS PI Y CORRALES, M., (2008), Ilustración, Ciencia y Técnica en el s. XVIII español. Valencia: PUV.
VV.AA., (1992), El Siglo de las Luces. Madrid: Akal, tomos I y II.
VV. AA., (1989), El s. XVIII: Europa en la época de la Ilustración. Madrid: Alianza, vol. 9.
VV. AA., (1987), Arte, Arquitectura y Estética en el s. XVIII. Madrid: Akal.
VV.AA., (2007), Historia y Ciencias Sociales. Educación Secudnaria, 4º. Madrid: Anaya. pp. 100-112.
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ResponderEliminarComo muy bien señalas al comienzo de tu comentario, muchos de los estudiantes no volverán a estudiar este tema, por lo que resulta esencial exponer con claridad los cambios que, en especial para España, traería este período. Y me refiero especialmente a España por ser el momento en que se produce la supresión de los fueros, un acontecimiento absolutamente minusvalorado en cualquier libro de texto, sin duda con una intencionalidad clara de restar importancia a la realidad plural de nuestro país y que trata de imponer una visión de homogeneidad y de la existencia indiscutible de una idea de España análoga a la actual desde la Edad Media, una imposición ideológica que ha traído innumerables problemas políticos y socio culturales. Es de agradecer, por tanto, que se incluya esta cuestión en un libro de texto como has comentado, pero parece que la importancia que se le concede no es la suficiente.
ResponderEliminarEn cuanto a tus propuestas de modificación, en primer lugar, el uso de mapas me parece también muy necesario, y creo que nunca estarán de más, se trate del tema que se trate, aunque en este caso, creo que sólo serían verdaderamente indispensables a la hora de ilustrar los movimientos y cambios derivados de la Guerra de Sucesión, que según parece, es la única tratada en el tema.
Por otra parte, sin duda me parece muy positivo ampliar el número de términos definidos en el libro, y por supuesto, es una buena idea que sean los propios alumnos quienes elaboren un glosario de términos, así como un eje cronológico del tema, en el que incluyan esa información sobre personajes del entorno cultural y artístico que propones que investiguen.
Finalmente, tal como indicas en el texto, me resulta muy adecuada la idea de no mostrar una imagen generalista del despotismo ilustrado, y dejar constancia de que no en todos los países se entendería igual, ni todos los monarcas lo aplicarían de la misma forma.